José Mateix Monllor, fue un pintor enamorado del paisaje que captaba directamente del natural. Pintó las sierras, las masías y los lugares más cercanos a Alcoy
NACIMIENTO: Alcoy, 1882-1952
TÉCNICAS: Paisajes y figuras, bodegones y flores, interiores y composiciones de diversa indole, fueron los temas esenciales en esa epoca, las fuentes más fecundas de su inspiración.
Su pintura se decantaría hacia la experimentacióncneoimpresionista. Sensible desde muy pronto al color claro, luminoso y lleno de sonoridades, eligió como temas las carrascas, los pinos, las estribaciones montañosas, los algarrobos y loos olivos, todo aquello que pudiera favorecer la libertad del pincel y de la espátula. El paisaje fue su material de trabajo en sus multiples investigaciones artísticas: el paisaje le permitia integrar diferentes modalidades plásticas. Desde los atardeceres otoñales, pasando por la claridad cegadora de los mediodias de estio hasta las masas verde de un bosque o los tonos magros, ocres y rojizos sangrantes de las tierras de labor. Algunos de sus paisajes de este periodo constituian un anticipo del modernismo.
Pronto el color se intensificó hasta la exuberancia, mientras las imagenes empezaban a esquematizarse. Esta transición puede ejemplarizarse entre las pinturas como «Jugando en el retiro» y Nocturno«. En sus pinturas se revela como un pintor extraordinariamente dotado para el paisaje, para el color y para la luz.
INFLUENCIAS: Sucesor de sus maestros Sala y Cabrera. Impulsado por Cabrera pintó en espacios abiertos, de los alrededores alcoyanos, las sierras y los rincones próximos a la ciudad.
BIOGRAFÍA: Aficionado a la pintura y al dibujo desde niño, atrajo la atención de sus maestros por su gran dominio del lápiz, el carboncillo y la plumilla. Asistió a clases de la Escuela Superior de Industrias donde tuvo como profesores entre otros a Laporta, Morrió y Cabrera y como condiscípulos a Solreja, Romeu, Llacer y Pascual.
En la exposición de pintores que celebró dicho centro en octubre de 1901, obtuvo el primer premio de Paisaje, por su cuadro «Mariola».

Dada su predisposición hacia la pintura marchó a Madrid para continuar sus estudios en el taller de Emilio Sala, como hicieron muchos otros jóvenes alcoyanos esperando una oportunidad para triunfar al amparo del veterano maestro.

Su estancia en la capital no se debe a beca o pensión de la Diputación, sino más bien a deseo expreso de su padre.
Se sabe con certeza que en 1904 Mataix residía ya en Madrid en la calle de San Bernardo, número 8 y que ese mismo año presentaba tres pinturas suyas en la Exposición Nacional de Bellas Artes: «Últimas horas», «Picos de Castellar» y «Les dotze». Esta última obra, «Les dotze», de temática costumbrista le valió una mención honorífica.
Fue en estos momentos, en los que su esfuerzo comenzaba a fructificar, cuando fue requerido para hacerse cargo del negocio familiar, obligándole a regresar prematuramente a su tierra.
La vuelta a su ciudad natal, aunque mermó las ansias de triunfo y reconocimiento nacional, no disminuyó su vertiente artística ya que continuó pintando incesantemente hasta lograr convertirse en un «dibujante correcto y colorista excelente», abordando, con la misma maestría, paisajes de su entorno familiar, bodegones y figuras.
Comenzó a recibir clases de Cabrera en la Real Fabrica de Paños de Alcoy. Las lecciones de Cabrera fueron sin duda de una ggran transcendencia, enseñandole un oficio impregnado de clasicismo, sin menoscabo de su personalidad ni debilitar su forma de ser.
Mataix, que logró hacerse un nombre dentro del reducido círculo alcoyano, fue objeto de multitud de exposiciones tanto en su ciudad natal como en Valencia y Alicante, de las cuales tenemos conocimiento, desde los años ´20, a través de las noticias de prensa, cuya crítica siempre le fue favorable.
Cuando rondaba los sesenta años su nombre empezó a tener importancia que en justicia merecida. Durante muchos años habia permanecido en la sombra, oculto bajo la recia personalidad de Cabrera Cantó.
Pionero en el neoimpresionismo en Alcoy, sería a partir de 1944 cuando su nombre empezó a destacar
Su reconocimiento definitivo le llegará gracias a una primera medalla en la Primera Exposición Provincial de Bellas Artes en 1944, convocada por la Diputación Provincial de Alicante. Es entonces cuando se revela como sucesor y continuador de la escuela alcoyana, tras la reciente muerte de su maestro Cabrera Cantó en enero de 1937. Esta carrera ascendente se confirmará de nuevo en la muestra celebrada en el Círculo Industrial de Alcoy en 1946 en la que obtiene el aplauso general.
1947 tuvo una Exposición Antológica en Bilbao.
1951 Expuso una muestra completa en el Circulo de Bellas Artes de Valencia.
Se aproximó al mundo pletorica de Cabrera Cantó y su técnica del color. Fue un artista fiel a su tiempo y a la llamada «Escuela Alcoyana», de la que llegó a ser uno de sus máximos representantes. Murió en 1952.
En 1969 se celebró en en la Sala Braulio de Valencia una gran exposición retrospectiva, que ofreció un panorama completo de su actividad pictórica.
La Galeria Devesa de Alicante, le dedicó una exposición antológica de su obra.
OBRAS: «Encanto invernal», «Florero con violetas» «Gitana«, «El Estudiante«
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