VICENTE RODES Y EL CONSULADO
Vicente Rodes, pintor al pastel
Si antes se ha dicho que Aparicio es un artista alicantino fuera de Alicante, también puede decirse lo mismo de Vicente Rodes Aries (Alicante, 1791-Barcelona, 1858): otro pintor que se da a conocer y que adquiere fama y prestigio fuera de la ciudad que le vio nacer.
Sin embargo, Rodes se vincula por un tiempo con el arte y la cultura alicantinas no solamente por ser discípulo del Consulado Marítimo y Terrestre, si no después, en 1809.director interino del propio centra por autorización precisa de la Academia de Valencia. Con el informe favorable de los pintores académicos Luis Antonio Planes, Vicente López y Mariano Torra.
Es en 1803, a sus decenios, cuando inicia los estudios de dibujo, realizando las tradicionales copias »del antiguo» y obteniendo por esta labor los premios establecidos y las más altas puntuaciones.
El registra de alumnos de San Carlos de Valencia ya cita su nombre en 1807. Años después el artista alicantino recibe la autorización para «ejercer esta arte», facultándosele, pues, para la profesión de pintor, lo que ocurría según resolución académica de 6 de agosto de 1815.
De toda ella se desprende que Rodes ha ido poco a poco, sin prisas y sin pausas, jalonando su carrera, afianzándola en toda momento, hasta llegar a ser académico del mismo establecimiento en el que cursa sus estudios, después de haber desarrollado el tema propuesto por la Academia: «Figura que represente a la España, colocando en el trona al Rey, N.S.D. Fernando Séptimo, con las alegorías correspondientes a este asunto» (1818).
Milego y Galdó apuntan a que este traslado ocurrió en 1820, para pintar el retrato del Conde de Santa Clara, que al ser contemplado par un amplio público vino a propiciarle de inmediato nuevos encargos, pues «llamó poderosamente la atención».
La especialidad de Rodes fue, precisamente – al margen de otros «asuntos» y temas obligados de la época, aunque no preferentemente históricos- el retrato y, además, empleando y desarrollando al máximo la técnica del pastel, tan delicada, precisa y difícil, acaso aprendida de Vicente López. Y así cabe señalar los retratos del escultor Damián Campany, que figura en la colección de la Academia de San Jorge de la ciudad Condal, algunos retratos de Fernando VII, del general Concha, del escultor Francisco Alberola.
El dibujo, sobre toda en tinta, a la aguada, fue en Rodes no una necesidad sino un puro deleite y un gace completas. Tomaba los temas o bien de la Biblia o acaso de las mitologías clásicas. Así «Moisés salvado de las aguas», «Sanson destruyendo las columnas», «mujer desesperada», «hombre joven atacando a un dragón», en el segundo. «Cleopatra», «Wamba en su trono», «Jesucristo y la samaritana» y «La conver sión de San Pablo» son aguatintas, lápiz-plomo y diseños que igualmente pertenecen a su catálogo. «Llevado por las impresiones de su época -dice su biógrafo Carlos Pirozzini-, por la potencia y el fuego de su imaginaciôn, que buscaba en el natural la verdad y belleza de sus concepciones… «. Rodes lograba aciertas completas, y de resultas de todo ello la Escuela de Nobles Artes de Barcelona le recibía como profesor de Colorido y Composición, cátedra que desempeño desde 1834, llegando a director de la misma seis años después.
Gaya Nuno le califica de «especie de Ingres levantino, concienzudo y correcto», que ejerció de profesor en la Escuela de la Lonja de Barcelona, labor pedagógica que se hizo de notar en la urbe próspera, burguesa e industrial de entonces durante muchas anos. Rodes pertenecía a múltiples organismos en calidad de sacio, tales como la Sociedad de Fomenta de la Ilustración, de la Academia Nacional de Ciencias Naturales y Artes barcelonesa, así como de la Sociedad Económica de Amigos del País de aquella capital, y socio de mérita de la Academia de San Luis de Zaragoza, desde el 3 de agosto de 1845.
DATOS OBTENIDOS DE : LAS ARTES PLÂSTICAS DURANTE EL SIGLO XIX DE ADRIAN ESPÎ VALDÉS. Universidad de Alicante
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