FERNANDO CABRERA Y ALCOY

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Y con este repaso a los alumnos de Casanova llegamos a uno de sus más interesantes discípulos, Fernando Cabrera Cantó (Alcoy 1866-1937) . Gracias a la ayuda económica de un industrial alcoyano, estudió en San Carlos a partir de 1881 para finalizarlos en San
Fernando gracias a una pensión de la Diputación.
En Madrid estudia en el obrador de Casto Plasencia donde, recordemos, coincide con Heliodoro Guillén.
En 1891 gana una pensión de la Diputación para ampliar estudios en Roma volviendo a Alicante para la exposición de 1894, (presenta el cuadro Muerte de un santo” y obtiene la primera medalla) . En lugar de quedarse a residir en la capital, tal y como venían haciendo la mayoría de sus paisanos, regresa a Alcoy. La inexistencia de unos estudios reglados de pintura en esta ciudad – si exceptuamos las clases que Francisco Laporta profesor en la Escuela lndustrial- hace que encuentre en la docencia un modo de vida estable y segura y comience a impartir lecciones tanta en la Escuela Industrial como en la «Casa la Bolla» .
Siguiendo los pasos de Casanova, Cabrera organizará exposiciones de sus alumnos en Alcoy, participando en ellas José Romeu Vilaplana, Adolfo Durà, Julio Pascual, Camilo Llacer, Edmundo Jordà, Antonio Santonja Cantó o José Mataix Monllor su más fiel y digno seguidor-; al igual que en la escuela de Casanova, también Cabrera tenia alumnas.
Los temas que Cabrera desarrolla en la década de los años noventa están en la línea de obras de asunto social que su compañero Heliodoro Guillén defiende por esos años. Cuadros como “Huérfanos” o el posterior “Mort in vita” de 1899 -premiado en una Exposición Nacional y en la Universal de 1900- se incluyen dentro de una pintura en transformación desde el tenebrismo hacia el luminismo que años más tarde será su bandera.
La temática social no fue en la mayor parte de casos más que una moda que permitía ganar premios. Deberíamos preguntarnos porqué entre los temas que recogen estos autores casi no hay escenas de trabajo obrero o, por qué no, de lucha obrera; pensamos en caso de Cabrera, un pintor que residía en una ciudad industrial -en la década de los noventa solo en el sector textil alcoyano se vivió un paro parcial en 1891, dos huelgas en 1894 y una huelga general en 1895- . ¡Eterna victima! (1901), recoge lateralmente este tipo de temas al reflejar al obrero en paro, viudo y dramáticamente rodeado por sus hijos; como atinadamente ha visto Adrian Espi siguiendo a Adrian Miro «más que pintura social los cuadros de Cabrera que entran en esta temática se manifiestan en un sombrío y folletinesco sentido mortuorio, en un patetismo fúnebre» .
Radicalmente diferente será la actitud de otro pintor valenciano, f’illol, al mostrarnos la cara dura de la represión en “Después de la refriega” (1904) o el heroísmo popular en “La defensa de la choza (1895).
Un compromiso más sincero se encuentra en “Al abismo”, obra que Cabrera pintó en 1906 y por la que logro una primera medalla. Se trata de un cuadro que simboliza la caída de aquellos que pretenden derribar la cruz de Cristo.
En 1901 Cabrera pinta ¿Necesita Ud modelo? En este cuadro abandona la carga dramática de obra s anteriores y recrea una escena en la que tres mujeres jóvenes se acercan a un anciano y le hacen la pregunta que titula la obra. Adquirido por la Diputación en 1997, presenta las características de la pintura a medio camino entre el luminismo sorollista y el realismo.
Menos socarrona pero bajo un costumbrismo innegablemente valencia no es la que consideramos su obra maestra, “La calera” (1902).
En la colección del Círculo Industrial de Alcoy, recoge el descanso de unos trabajadores de la cal. Sin pizca de carga lacrimógena, y aunque no es inocente que elija una escena rural, el peso de esta obra no se haya en el tema sino en el estudio de la luz y la sombra sobre las blanquísimas ropas de los caleros que descansan, en la ahumada imagen del hombre que surge de la hoguera. La integración entre la naturaleza y los tipos que la pueblan supone un paso en la superación de las escenografías artificiosas.
Articulo obtenido de : E L CONTEXTO ARTISTICO ALICANTINO DE ENTRESIGLOS (1873-1918): LA COSTOSA ENTRADA DE LA RENOVACIÓN LINGÜISTICA escrito por ISABEL TEJEDA MARTÍN